ESCULTURA ESTADOUNIDENSE DEL SIGLO XX

 

La escultura estadounidense de la primera mitad del siglo XX no puede clasificarse, como la europea, por movimientos artísticos; sin embargo, durante la segunda mitad del siglo si surgieron muchos movimientos nuevos relacionados con diferentes medios de expresión modernos.

Escultura figurativa

Gran parte de los escultores estadounidenses de principios del siglo XX trabajaron siguiendo un estilo bastante académico y, aunque sus obras son interesantes porque expresan el espíritu de la época en que fueron realizadas, la mayoría de ellos no logró dar un impulso técnico ni formal al arte de la escultura. Entre los que trabajaban dentro de una línea tradicional están Malvina Hoffman, George Grey Barnard, William Zorach, Paul Manship, John B. Flannagan, Mahonri M. Young, Gertrude Vanderbilt Whitney y Jo Davidson.

Escultura abstracta

La escultura estadounidense empezó a desarrollar líneas más abstractas de expresión durante la década de 1930, cuando los artistas entraron en contacto con obras europeas contemporáneas, bien de forma directa o a través de fotografías. Alexander Calder, por ejemplo, recibió una gran influencia del pintor holandés Piet Mondrian que se reflejaría luego en sus esculturas y pinturas abstractas realizadas con colores puros. Calder alcanzó fama internacional con su escultura móvil, y sus "stábiles" o esculturas inmóviles. Inspirado en las esculturas hechas con piezas soldadas de Picasso y Julio González, David Smith realizó obras en acero soldado como Paisaje del río Hudson (1951, Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York). Su serie titulada Cubi, a la que pertenece Cubi I (1963, Instituto de Arte de Detroit), consiste en varias obras de grandes dimensiones inspiradas en el cubismo. En dicha serie se puede apreciar cómo pule y corroe las superficies de acero inoxidable con un diseño caligráfico repetitivo para reflejar la luz.

En la década de 1930 Joseph Cornell, muy influenciado por el surrealismo, realizó esculturas tridimensionales de cajas pintadas y assemblage de objetos heterogéneos, con los que lograba una atmósfera de misterio. De inspiración contraria son los de Louise Nevelson, grandes construcciones abstractas y monocromáticas, diseñadas como instalaciones. Están compuestas de objetos utilitarios, por lo general trozos de muebles contenidos dentro de marcos de madera como si fuesen cajas. Isamu Noguchi realizó obras de una elegante sencillez en las que combina la abstracción europea con las formas tradicionales japonesas.

Reuben Nakian, que en la década de 1940 pasó del estilo figurativo a una semi-abstracción, trabajó tanto en metal como en terracota y realizó esculturas inspiradas en la mitología. Otros escultores abstractos son Richard Lippold, conocido por sus construcciones colgantes en metal y alambre y Harry Bertoia, que utilizó varillas de acero muy finas ensambladas de forma que pudieran vibrar. Theodore Roszak realizó construcciones de formas muy libres en las que utilizaba el acero soldado con otros metales, como en Flor de espiga (1948, Museo Whitney de Arte Americano). Herbert Ferber, influenciado por el expresionismo abstracto, creó una construcción de metal de grandes dimensiones, Y el arbusto no se consumió (1951), para la fachada de la sinagoga B'nai Israel, en Millburn, Nueva Jersey. La obra de Ferber fue uno de los primeros ejemplos del nuevo renacimiento que combinaba escultura y arquitectura en las iglesias. Seymour Lipton hizo escultura biomórfica compuesta de planchas de metal soldadas, como en Floración selvática (1954, Galería de Arte de la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut), y Mark di Suvero es conocido por sus enormes construcciones al aire libre, en las que a veces utiliza vigas de acero, como en Ik Ook (1971-1972, colección privada) y elementos móviles.

Assemblage y escultura de chatarra

Muchos escultores han realizado obras, tanto abstractas como figurativas, utilizando el assemblage y los objetos de desecho, llegando a crear en muchos casos grandes ambientes que permiten al espectador moverse dentro de la obra. La chatarra, utilizada por primera vez por los dadaístas a principios del siglo XX, se convirtió en la base de las expresivas esculturas que Richard Stankiewicz hizo durante la década de 1960. Durante dicha década surgió el Pop Art en Estados Unidos, impulsado por artistas como Robert Rauschenberg, Jasper Johns, George Segal, Marisol Escobar, Red Grooms, Claes Oldenburg, Edward Kienholz y Lucas Samaras. Más adelante también Duane Hanson comenzaría a trabajar en esta línea.

Rauschenberg introdujo lo que él llamaba "pinturas combinadas", cuyos últimos ejemplos presentan la tridimensionalidad de la escultura, incorporando chatarra y objetos encontrados a la superficie del lienzo. Entre sus obras más destacadas se cuenta Monograma (1955-1959, Museo Moderno, Estocolmo), construcción en la que se combinan una cabra de Angora disecada, una rueda de automóvil, una pelota de tenis y unas puertas de madera con bisagras sobre las que realizó pinturas expresionistas abstractas. Johns, discípulo de Duchamp, hizo una escultura en bronce a base de latas de cerveza, Bronce pintado (1960, colección privada), en la que planteaba el problema estético de la utilización de objetos comunes como forma artística. Segal utilizó a sus amigos como modelos para crear figuras en escayola blanca que representaban acciones y gestos cotidianos. Su grupo escultórico La cena (1964-1966, Walker Art Center, Minneapolis, Minnesota) se caracteriza por su sosegado clasicismo y su poder de evocación. Marisol (nombre por el cual se la conoce) hace assemblages con maderas, pintura y diversos materiales más, como pares de zapatos. Grooms construye obras ambientales enormes, como la deliciosa Rukus Manhattan (1975-1976, Galería Marlborough, Nueva York). Oldenburg, que se dedicó a reproducir alimentos en escayola pintada, creó objetos pop llenos de humor, como Hamburguesa doble (1962, Museo de Arte Moderno). De muchas de sus primeras esculturas rígidas de objetos, como interruptores de luz, ha hecho después copias en vinilo blando.

Las composiciones de Kienholz en técnica mixta, tales como El hospital estatal (1964-1966, Museo Moderno, Estocolmo) que representa a los pacientes postrados en camas, llaman la atención de modo gráfico sobre los aspectos más terribles de la sociedad contemporánea. También Samaras ha realizado obras inquietantes aunque visualmente atractivas como La silla (1965, Galería Smart, Universidad de Chicago), cubierta con miles de alfileres amenazadores. Las figuras en fibra de vidrio y poliéster creadas por Hanson son de un realismo asombroso, y en ellas se aprecia una evolución que va de los retratos satíricos de turistas y tenderos obesos a las representaciones más sencillas de obreros y gente corriente de Estados Unidos.

Arte en espacios naturales

Durante los últimos años de la década de 1960 varios escultores estadounidenses se dedicaron a la creación de espacios naturales. Entre estos artistas estaban Robert Morris, Michael Heizer y Robert Smithson, quienes abandonando sus talleres se volcaron en la investigación de temas geológicos y minerales. Un proyecto impresionante dentro de esta línea es El malecón en espiral de Smithson, espiral de 4,6 m de ancho, compuesta de rocas, cristales salinos, tierra y algas, y que se interna 457 m en el lago Great Salt de Utah. La obra se finalizó en 1970 pero en la actualidad ya no puede verse pues ha quedado cubierta por las aguas.

Arte de sombrillas de Christo

Christo es famoso por sus esculturas a gran escala, como las instalaciones de sombrillas azules que levantó en 1991 en espacios abiertos de Japón y California (EEUU). Su obra abarca grandes espacios, que obligan al espectador a contemplar paisajes que conoce de una manera nueva.